Con un estilo nítido y potente, los nueve cuentos que conforman La noche sin nombre, obra ganadora del Premio Nacional de Cuento Joven Comala 2018, son un desafío a la conciencia. Enmarcadas en entornos comunes, las vidas de los personajes se trastocan por un acontecimiento casual que los hace dudar entre afrontar o darle la espalda a la muerte.
Desde una distancia apropiada —la de aquel que sólo observa pero no juzga—, el autor narra el punto en el cual el miedo, la ira y la culpa se encuentran con una pareja de amantes, el dueño de un rottweiler, una esposa despechada, un tío distraído de vacaciones en la playa, un campesino sin voz o un hombre recordando a un viejo amor, para así, en un aparente acto de libre albedrío, dejarlos decidir su suerte. Sin embargo, víctimas de la situación, los personajes verán reducidas sus posibilidades para hacerle frente a su destino.
Sin condescendencia ni conmiseración, los textos de Hiram Ruvalcaba generan una gran empatía y exigen al lector ponerse en el lugar de los protagonistas y preguntarse: “¿Qué habría hecho yo?” Y, a falta de una respuesta adecuada, el desasosiego comienza cuando se reconoce que, al igual que en estos relatos, en esta vida a veces la mejor opción es “hundirse dando alaridos en la noche sin nombre”.