David Espinosa, El Dee, nos comparte en Nido de serpientes, obra ganadora del Premio Nacional de Novela Gráfica Joven 2018, un poco de su mundo, en el cual el rocanrol, el skate y la amistad desempeñan un papel fundamental.
Con un evidente gusto tanto por el detalle en la creación de los personajes y de su entorno, como por la invención de una trama humorística, el autor nos cuenta cómo llegó a su final Los Macehuallis, un grupo de rock conformado por tres jóvenes en busca de llenar un espacio, de descubrir su sendero hacia la denominada etapa de la adultez, cuyas vidas —que se hallaban inmersas en la diversión y la música, y que apenas esbozaban metas a largo plazo— darán un inesperado giro después de que presencien un delito cometido por la policía turística de San Tolok, el pueblo costero donde habitan.
Este libro, aun cuando su estilo fresco es causal de sonrisas, hace eco de una situación real que se encuentra lejos de ser risible: la corrupción, la violencia y la tendencia de las ciudades dedicadas al turismo a sólo concentrarse en él. Sin embargo el enfoque de este cómic no está en lo negativo, sino en mostrarnos cómo, incluso dentro de situaciones oscuras, el compromiso y apoyarse en aquellos que nos son queridos nos ayuda a labrarnos un camino.