Con Principia, Elisa Díaz Castelo encuentra en la ciencia una veta prometedora para la imagen y el pensamiento poético. Términos y referencias de diversas disciplinas, como la astrofísica, la biología y la medicina, impregnan sus poemas. Las extrañezas de sus componentes íntimos construyen un universo donde lo emotivo y lo desaforado se sujetan al conocimiento, nos sacuden y hacen que apretemos los dientes.
“En la búsqueda de la forma/ se me distrajo el cuerpo. Es eso,/ nada más, asimetría.” Primeros versos de “Escoliosis”, poema que explora la anatomía y la escritura, dos campos semánticos de afinidades imprevistas, de vértebras mal conjugadas, de erratas, de preguntas sin respuesta… “porque mis huesos desconocen/ el alivio/ de la línea,/ su perfección geométrica”. Lo fisiológico se revela desde una poesía subterránea, como si la autora también hubiese encontrado amarga la belleza sentada en sus rodillas. Muerte y enfermedad, cuerpo y texto se despliegan entre sentencias inacabadas, creaciones poéticas de largo aliento y versos abruptos, definiciones que se arrepienten al momento de frasearse. Prevalece la imagen, su portavoz, la gran aliada de Principia: obra perdurable que nos propone una forma única de habitar el mundo.
Myriam Moscona