El presente volumen recopila dos obras que ejemplifican el vigor del teatro mexicano y dan cuenta de la diversidad de sus recursos. Escritas por jóvenes dramaturgas nacidas en los ochenta y noventa, estas páginas ponen en juego una vocación literaria que abre nuevos desafíos escénicos.
Antígona, de Sayuri Navarro, echa mano de los ecos de la mitología clásica y del teatro documental para recrear los mecanismos de violencia del mundo desde una de sus heridas más vivas: el duelo de quienes buscan a los desaparecidos en medio de un contexto social fracturado. Mientras que Iridiscentes, de Gabriela Román, nos encierra en un pequeño pueblo sin nombre, que podría ser cualquiera. Ahí, los niños desaparecen ante el desconcierto de los adultos, que rondan el dolor de esas ausencias sin alcanzar a entender cómo salir de ese círculo brutal.
En ambas obras las autoras despliegan una mirada subjetiva que logra partir de hechos devastadores para transfigurarlos. El resultado son dos piezas de innegable fuerza estética que da fiel testimonio de las búsquedas que están emprendiendo las más recientes generaciones de dramaturgos.