El tejido narrativo de Érika Zepeda está poblado de personajes insólitos. Cada uno de ellos revela desde ópticas variadas el mundo cotidiano, sumergiéndonos en un terreno inestable: las relaciones humanas. Encarnan lo absurdo de nuestra necesidad de comunicación, la sucesión de encuentros, desencuentros, soledades, insatisfacciones, ironías y deseos.
Como su título lo indica, las narraciones recrean el universo de lo femenino, con toda su riqueza y complejidad, a menudo contradictoria. Pasan de lo cómico a lo inesperado y de la ternura a la violencia con plena naturalidad.
63 señoritas condenadas a la desolación, libro ganador del Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri 2016, es una colección que muestra la vitalidad de la ficción en pequeños formatos y pone en marcha el aliento fundamentalmente lúdico que ha marcado a esta tradición.
Existen vacíos que contienen, en su vacuidad, la inmensidad de un deseo. Las 63 señoritas habitantes de este libro, son portadoras de anhelo que muchas veces tememos nombrar, el anhelo de no ser madre, ni hija, ni amiga, ni amante; el anhelo de ser todo eso, pero además otra cosa, algo más que se escapa constantemente.
Las vidas aquí narradas van desde la rutina más anodina hasta la experiencia más salvaje, espacial, mágica. Son diversas y abarcan muchas generaciones. Porque el vacío no discrimina y anida en corazones ancianos, maduros, y en corazones jóvenes que, mientras se asolean aparentemente despreocupados, van flotando sobre el peso de una existencia que no les satisface.