“Una de balazos”: sabemos lo que significa esta expresión cuando nos, referimos una película y, sin quedar al margen de ese significado, más bien asumiéndolo, Pancho Rodríguez escribió una novela que, además de abordar el tema, resulta ser una obra muy divertida que entre risas y veras pondrá a pensar al lector. Es una instantánea de nuestro cine, mejor aun, una radiografía inteligente: además de ser un testimonio de nuestro séptimo arte y sus arrabales, parece proponer un juego de la imaginación. Pongamos que no sabemos nada de lo que aquí se habla, que no sabemos cómo, a lo largo de muchas décadas (o sexenios), se ha hecho esta industria y, sin considerar sus altas y sus bajas , o su actual vitalidad, pongamos también que, entre los nombres trastocados de los personajes, no reconocemos a ningún posible famoso. Estaremos así libres para disfrutar una serie de peripecias, esta novela nos ofrece una deliciosa lectura, la cual, a no ser por los atuendos, la época, los diálogos, los lugares y los paisajes, se podría calificar de chaplinesca. En suma, podemos sentir en cada línea una buena dosis de humor, una inteligente mirada, una coherencia formal (incluidos los epígrafes) y una sabrosa complicidad que nos hará recordar que, pese a todo, lo relatado aquí pudo haber sido una triste pero relajienta realidad. Veremos desfilar a los ilusos, los intelectuales burócratas, las arribistas buenonas, los cineastas frustrados, los cínicos, los resignados con talento, los productores avaros, las estrellitas de un día, los técnicos curados de espanto, la avidez del público curioso y apasionado por las glorias efímeras, los amores perdidos, los empresarios de ilegal tráfico y, sobre todo, los infaltables mitos en torno a este melodrama tan nuestro que nos ha dado tanto esparcimiento. Sería bueno advertir que esta ágil novela no nos hará grandes revelaciones ni se complicará con chistes o chismes de farándula; en cambio, compartirá su estilo fresco y directo, nos dará elementos para atisbarnos a nosotros, ese gran y sufrido público que ahora mismo puede ejercerse como sano y divertido lector.