Es importante. El teatro de Norma Barroso se balancea entre el realismo y algo que podría calificarse como magia, o fantasía, mejor, para evitar el cartabón del "realismo mágico". Un realismo que retoma muy bien la corriente que mejor se ha desarrollado en el teatro mexicano, al que la escritora añade giros, vueltas de tuerca, explosiones íntimas donde la atmósfera estrictamente realista impone una dimensión que escapa a todo costumbrismo o a toda transcripción chata de la vida. El teatro de Norma Barroso es verificable, no sólo literariamente, sino sobre todo en su concepción escénica. Publica aquí ocho obras (las cuatro últimas breves) pero como todo dramaturgo que tiene clara su función, ella no escribe para hacer libros sino para hacer teatro. Lo merece. Ya una de sus obras, incluida aquí, La sombra del gato, se montó profesionalmente y mostró las exigencias y las posibilidades de una dramaturgia muy seriamente concebida. Es importante.