La poesía es el fuego en que arde el poeta, nos recuerda este libro, el fuego en que arde el lector. Desde ese mismo fuego, el autor de Los designios de la Diosa se adentra en el ejercicio poético de Efraín Bartolomé y descorre ante nuestros ojos las claves del misterio en que dicho ejercicio se guarda, para participarnos de una lectura entrañable y lúcida. Pocos poetas tan intensos los hay, y de registros tan variados en nuestro tiempo, como Efraín Bartolomé. Mucho más pocos aún los ensayistas cuyo espíritu, cuya mirada se acerquen en paridad y nobilidad a un espíritu como el de aquel y a sus frutos: una obra propositiva y varia. Y, sin embargo, cuando existen éstos, cuánto más placer pueden propiciar en el acercamiento a la poesía. Es lo que logra Gustavo Ruiz Pascacio en este libro, un libro propositivo y alado, designio de la Diosa él mismo. Al adentrarnos en sus páginas somos pronto cautivados por la sorpresa y más pronto aún conducidos a un disfrute literario cuya dilatación nos apresta a la obra del poeta, objeto final del presente ensayo. Un diálogo lúcido y vivificante.