El teatro de Aída Andrade Varas se angustia por la incertidumbre trágica del ser humano. Sin proponérselo sus dramas retoman elementos cognoscitivos de la dramaturgia medieval: representar cantando, rezando, leyendo. Con esquemas de originalidad, los personajes de estas tres obras de teatro, rezan a su manera los días contados de su desdicha, cantan su amarga soledad, y leen en el destino del prójimo su propia fatalidad.
En Los sobrevivientes, los protagonistas de una guerra sofisticada, buscan entre sus almas al Hombre, encontrando sólo el instinto: matar es sobrevivir porque el enemigo está dentro de ellos. Mantis religiosa —y sus posibles desenlaces—, juega con el amor pasional de tres en disputa del amor placentero entre uno y otro; el macho debe ser inmolado por las hembras después de fecundar para eternizar la especie, Antes de partir, explora la psiquis de tres jóvenes y su conductivismo en una vida oscura sin alternativas.
Aída Andrade Varas es una joven dramaturga-directora que no cesa de explorar en la escritura teatral el escepticismo y disconformismo de sus personajes. Henrik Ibsen resume el contexto en La comedia del amor: "Mi lucha debe emprenderse contra todo lo que existe".