Los habitantes de San Cellisca padecen de una extraña depresión masiva que misteriosamente coincide con la época de lluvias. En medio de este extraño fenómeno, las vidas de un poeta fracasado, una niña convertida en un monstruoso personaje de los medios masivos de comunicación, un niño vagabundo y un periodista sin escrúpulos, se entrelazan para explorar la sutil frontera que divide a la realidad de un conjunto de subrealidades individuales. De esta manera, El recuerdo de la lluvia no sólo es una metaforización del sufrimiento humano, sino un vistazo a un sistema social que se alimenta de la absurda imaginación de cada uno de sus miembros.
La propia San Cellisca es una ciudad que a pesar de ser imaginada por un hombre sentado en un café, bien podría ser cualquiera de los centros urbanos de Latinoamérica a finales del siglo XX. Un lugar donde convergen las vidas de millones de seres humanos, flanqueadas por la miseria, la riqueza concentrada, el metro, el sin sentido y la alegría de vivir.
Jorge Félix Hernández