Se podría afirmar que Espejero es una gran metáfora de la creación del universo si esto no sonara tan pedante.
Es una partida de ajedrez —y de cabeza— entre el Creador y su Personaje; en donde los movimientos de cada uno se entretejen en juegos de palabras, de tiempos y de espacios, y donde el único que finalmente recibe un jaque mate es el lector.
Usando desde refinada poesía hasta distraída vulgaridad, Gerardo Oviedo nos va llevando por los entresijos de la creación dentro de sí misma, en este divertimento literario en el que el lector acaba preguntándose si no será él mismo, tal y como no, on, non y el demás reparto de esta novela, otro personaje emergido de la mente del autor, que debe esperar su bautizo y su asesinato, simultáneos, en la última página de su vida.
Pero en este texto no sólo se encuentra la posibilidad de maravillarse ante el alud de recursos narrativos e imaginativos del escritor, además de una variante novedosa del humorismo. Espejero no da concesiones, pero cuenta con los ingredientes claves que todo autor debe proporcionar a sus lectores: "sexo, violencia y vicio".
Espejero es una novela inteligente, reflexiva y lúdica, cuya lectura debe ser ininterrumpidamente cuidadosa para resultar de igual manera disfrutable.
M.B.Bronzon