"No he parado de escribir mis historias, de abrirme de par en par ante el silencio", cuenta uno de los personajes de Adriana Pineda en Octubre y sus sorpresas, su primer libro de relatos que ahora publica. Anécdotas y situaciones que pertenecen a la imaginación colectiva de nuestra infancia y adolescencia, retratos fieles y coloridos de familias tradicionales con todo y sus divertidas y sensuales relaciones íntimas, la presencia inmanente de la muerte, son narradas con soltura y fluidez notables.
El tono irónico utilizado por esta joven autora no diluye la implacable mirada crítica hacia valores y actitudes tradicionales, respecto a la sexualidad y la muerte, aún vigentes en algunos estratos de nuestra sociedad. De pronto, el lector se enfrenta, asombrado, ante una galería de retratos que cobran vida después de aparecer en esas fotos amarillentas que la memoria rescata del olvido.
Sin autocomplacencias ni sublimaciones, Adriana Pineda nos entrega su versión de personajes - la mayoría femeninos- , dispuestos a vivir sus pasiones, su soledad, sus deseos y delirios, con humor y osadía.