Literatura de muchas fronteras, estos relatos narran más allá del simple cruce de un lado a otro; revelan lo que ocurre en una zona indeterminada, donde convergen mundos insostenibles que los personajes habitan voluntariamente. En estos cuentos los dilemas existenciales pasan a ser thrillers capsulares que oscilan entre lo fantástico y lo psicológico. Con crudeza perturbadora y una cruel inteligencia, Mayra Luna describe conflictos sexuales y mentales donde los seres arriesgan convertirse en puro lenguaje o en puro cuerpo. Ubicados en una frontera no necesariamente geográfica, los personajes transitan en umbrales que son laberintos emotivos.
Iracunda y dolorosa exploración del origen, metafórico viaje al vientre, este libro es un vaivén del lenguaje, cuyo movimiento va de lo poético a lo quirúrgico y en el cual la joven escritora tijuanense nos sumerge en mundos enrarecidos, pensamentales y angustiosos de seres que fueron anfibios o que habitan simultáneamente en dos ciudades, o de mujeres que participan en la desaparición de otras o que deliran paranoicamente al ser perseguidas por un ser abstracto. Estos cuentos pertenecen a una época donde las sociedades han quedado envueltas por el miedo, mismas que nos obligan a convertirnos en otros, a enajenarnos, para poder sobrevivir, en una palabra: a disolver nuestra identidad para protegernos del robo ontológico, del ojo vigilante y del ataque final.