La condición casi onírica de la existencia humana, su brevedad dotada de nihilismo y contradicción, física y espiritual, se plasma, a manera de metáfora, en la paradoja espacial de la cinta del matemático August Ferdinand Moebius como una noche antológica infinita. Y es de esa paradoja que se desprende esta poesía de Reneé Acosta, que conjuga poesía, ciencia y filosofía para representar un espacio arquetípico donde la angustia ontológica se conecta, electrónica, metafísicay cabalísticamente, con la unidad de un todo relativo que, a la manera de la cinta de Moebius, se refracta dimensionalmente en un eterno retorno. El todo, el infinito, el cero, el número, el vacío, el caos y el orden, el dolor y la angustia, así como la melancolía de la brevedad configuran un espíritu nihilista, aleatorio a la supuesta realidad, realidad abstracta en sí misma que es la noche en la que se desenvuelve Moebius, metáfora de la inconciencia del ente. Como diría Enrique Servín: “Reneé Acosta, a contracorriente de lo que mucho de los jóvenes escritores de su generación están realizando, explora con atrevimiento e intensidad intelectual los intrincados caminos hacia el poema filosófico. Búsqueda de la línea por completo cargada de sentido, del hilo de energía que nos conduzca a súbitas iluminaciones y a momentos en los que la palabra poética coincida con la palabra lógica. La poesía de Reneé Acosta ya se distingue con las características de una verdadera propuesta y se sostiene por sí misma en el profuso panorama de la joven literatura”.