“El argumento trazado, previendo la posible danza de imágenes inconexas, capturadas en la libreta, formó parte entonces de un gran lienzo de características atroces por sorpresivas”, nos dice Víctor Quintas en "La ruina en el crepúsculo", una de las ocho narraciones que compendia Últimas anotaciones, obras cuyas anécdotas suelen interceptar el ámbito de la literatura y sus escritores con el de la realidad atroz y su “natural pulso”. Así sucede al turista del cuento citado, lo mismo que al protagonista de “Sin inmutar” y a Gabriel Varela en el cuento que da título al libro, quien nunca sospecha cómo la descripción que realiza codifica su propia muerte. Sin embargo, en esta colección de piezas de literatura fantástica también encontramos relatos en donde surge por sorpresa el humor, como en el increíble testimonio de quienes son obligados por el enorme rottweiller a robar o en la ficción histórica que abre el volumen.