Los poemas que vi por un telescopio es la prueba fehaciente de que la poesía descansa en la condición perceptiva del autor mucho más que en la elección de los grandes tópicos, ahí radica la vitalidad y la frescura de este libro. Imágenes explosivas que transportan al lector a un espacio sideral, textos capaces de embonar en la circunferencia de un lente o en el marco de una ventana. A la manera de un prestidigitador del lenguaje, Yaxkin Melchy hace resonar su vida secreta en el traspatio sideral de las palabras. Otro de los mecanismos de la escritura del autor, es la transgresión a una lectura lineal del texto poético por medio de contingentes geométricos que buscan, en convivenca con un entorno astronómico, una revelación del espacio textual. Este libro mereció el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2009.