Una prosa de trazo firme que encuentra en los valores orientales del orden, la mesura y el espacio despejado, sus detonantes de belleza. Cada uno de los ocho cuentos que forma Hanami, presume de un trato preciso del lenguaje que se desprende de una fascinación por lo ajeno y que, a partir de este asombro, pone a dialogar la identidad del extranjero con el Japón actual. Esta proyección abarca desde la tradición del kanji hasta Ryu Murakami y Banana Yoshimoto. Una anciana que pasea plantas en bicicleta, niños de preescolar en medio de una hemorragia de sangre provocada por la gripe aviar, bares de chicas veinteañeras que viven entre los lujos de una tirana; las fantasías lésbicas del anime y otros tipos de desplegados visuales conviven en una entrega bien calibrada y con un pequeño toque incisivo.