En los cuentos de Ojos que no ven, corazón desierto, se percibe la atmósfera de violencia que marca un contexto histórico de México. La autora retoma personajes borderline (prostitutas, narcotraficantes, asesinos por vocación, guardianes del orden y de la injusticia) generalmente reflejados en la literatura del Norte pero desde una perspectiva radicalmente nueva y transparente. “Ojos que no ven” y “Corazón desierto —con cinco cuentos cada uno— son los dos polos que conforman este libro. En el primer bloque encontramos acciones comunales y relatos del crimen organizado: una película sobre narcos que termina siendo una pieza de snuff, un secuestro, reporteros fundidos en un asesinato pasional. En la segunda sección escuchamos a las víctimas que hablan con sus voces débiles de mujeres vendidas y sentenciadas al desierto del olvido. Esta obra delata a Iris García Cuevas como una seguidora de la literatura negra, que sabe elucubrar sus propios acertijos y que lleva al lector de la mano hacia el hondo temblor del relato.