Manuel Gutiérrez Nájera eligió el seudónimo de Récamier para escribir la columna “Plato del día” (1893-1895), inspirado en el apellido de Charles Récamier, propietario del famoso restaurante Maison Dorée, uno de los sitios más concurridos de la alta sociedad mexicana de finales del siglo XIX. Cuando le preguntaron si el empresario y él eran uno mismo, nuestro autor contestó: “yo no soy don Carlos Récamier. Si lo fuera, comería mejor y mi firma valdría más en la plaza. El señor don Carlos Récamier hace platos y platas. Yo soy un platónico de los platos; yo platico [...]. Este muy obediente servidor de ustedes guisa prójimo”. Y efectivamente, los 264 Platos najerianos estuvieron salpimentados de un fino humor y picante crítica a sus colegas, a la política, a la administración de la Ciudad de México, a la vida sociocultural de la capital de la República, entre muchos otros sucesos.