Estas ocho narraciones son una inmersión en paisajes desconcertantes y atrayentes, donde es perceptible el sueño y la visión, la asociación imaginativa y la memoria lúbrica. Los personajes buscan las razones del universo, lo mismo que escapar a la muerte o volver a la vida, o encarnar su primera relación con la naturaleza en mitos siempre indescifrables.
Martín Solares ha comentado acerca de estos cuentos: “Las imágenes más fascinantes y los espejismos más engañosos aparecen en los desiertos. Los nómadas que se internan en ellos deben renunciar a lo superfluo a fin de dominar los secretos de ese laberinto tan vasto, donde ha muerto más de un emperador. Sólo con la mayor determinación, y sin perder de vista el sentido de lo sagrado, es posible explorar un oasis o, perdido en el centro del páramo, ser visitado por visiones de otra realidad. Este es el camino del escritor Alejandro Ramírez Lámbarry, quien atraviesa desiertos literarios salidos de la Biblia, de la narrativa de Kafka y de la ciencia ficción. Como cierto personaje de Ítalo Calvino, Ramírez Lámbarry colecciona la arena de los diferentes desiertos para mostrar que no hay dos iguales, si bien cada uno tiene su visionario y su santo. Revive el origen de la humanidad en la relación del primer hombre y mujer contemporáneos, reinterpreta con sentido apóstata la figura de los endemoniados y Lázaros del Nuevo Testamento, refleja las tentaciones que atormentan a los eremitas del futuro, ilumina con sus imágenes un futuro probable que critica nuestra realidad. ¿Qué hay de verdad en nuestra vida diaria? ¿Nos encontramos en la playa o en el desierto? Más que el sueño de otra persona, ¿somos personajes de un escenario virtual, obra de un programador hiperrealista? Con su cadencia, con inteligente ironía, los cuentos que integran Testamento de la carne y el espíritu exploran el sexo, el sueño, la soledad y el deseo, por sobre todo el Apocalipsis. Quienes sospechan que el desierto equivale a una suma caótica, a la destrucción y a la muerte, recordarán, gracias a estos cuentos impredecibles, que en realidad significa revelación del sentido oculto, de la materia oscura con que están hechas las apariencias de todos los días.”