Conquistador nos hace pensar que la ficción todavía puede superar la realidad. En los últimos años la violencia, el tráfico de drogas y el estilo de vida de los criminales —una cruel pero contundente realidad— se han vuelto tema obligatorio en las páginas de libros y revistas. Esta novela trastoca las convenciones del género al desarrollar una épica en la que los versos de la música de banda hacen contrapunto a una trama de traición y venganza. Con lenguaje vivo y procaz, Rafael Acosta cuenta la historia de un ambicioso narcotraficante mexicano conocido como el Chirrín, quien pone en marcha un plan para apoderarse del negocio de las drogas en Europa. Para ello reúne a un comando formado por los más estrafalarios sicarios de los cárteles nacionales, que desatarán una guerra sin precedentes en varias ciudades de España.