Los arcanos de la sangre, de Fernando Fabio Sánchez, es un cuentario que amista la sensibilidad imaginante con la pericia literaria de quien ha construido historias —sugestivas historias— sin olvidar la médula del ejercicio narrativo: verter efusivas anécdotas en hospitalarios recipientes. La inteligencia del cuento, como metáfora desarrollada, es perceptible en este libro: las armazones verbales han sido animadas por una prudente utilización de recursos poéticos, de estrategias expresivas que fortalecen el esqueleto principal de los relatos concebidos. Obstinados en modificar su situación degradada, los personajes de Los arcanos de la sangre cobran relieve con su voz (asidero del mundo en el naufragio) y con su pasional sentido. El inmediato dolor de vivir —el ignorado placer de morir— motiva a los encarnados fantasmas que pueblan esta inquietante obra: gemelos como espejos, piadosas meretrices, tímidos sediciosos, azorados escritores: luces que atreven una manera sensible de iluminar el misterio.