"La verdad es un tren de mentiras" lleva por título uno de los relatos de este libro de Julio César Toledo, y esta sentencia funciona como leitmotiv de los cuentos reunidos en este volumen. Dividido en cinco partes, Los libros de la fatalidad discurre en una estructura lineal que va del "Libro de las señales" al de las "Visiones", y en este camino transitan las verdades, las transfiguraciones y las contradicciones, todas parte de esta gran mentira que se hace verdad en la ficción. Cada cuento guarda en algún renglón de su hechura la ruptura de lo habitual, el asalto violento que la imaginación le hace a la realidad. Los libros de la fatalidad es, en ese tenor, una batalla contra la tiranía de la verdad y de otras calamidades. Todo en estas páginas resulta ser un espejismo, una idea que contradice su propio origen. Un adolescente inadaptado que encuentra refugio en la axila de su mejor amigo, un escritor transfigurado en estrella pop, a la vez transfigurada en el autor del relato; un niño anfibio, otro que descubre su vena de fabulador; el diablo hecho carne como justificación de la conducta… Esto y mucho más son parte fatal de este libro, entendida la fatalidad como la cualidad de lo inevitable. El resultado es un conjunto entrañable, una suerte de maraña de hilos entretejidos, sea por el desdoblamiento de los personajes, las locaciones que se entrecruzan o las situaciones que podrían ser vividas –o no– por cualquiera de las voces en este concierto de mentiras.