La generación de escritores reunidos en la revista contemporánea por cuyo nombre se les conoce (o, también, el grupo sin grupo, un archipiélago de soledades) fundo las bases de una poesía “contemporánea de todos los hombres”. Pero la lírica surgida en México de los años veinte del siglo pasado sigue siendo no sólo moderna sino discutiblemente actual. Este calificativo, vinculado al hoy, parece ser ajeno a la poesía y es en cierta forma su mejor condición. Decir de un poema que es actual implica un riesgo enorme; señala su caducidad. Pero quien escribe sabe quién que si no enfrenta su desafío ambiguo de ser actual nunca conseguirá, al menos, ocurrir. Los contemporáneos están presentes en los mejores poetas posteriores a ellos, presentes en ese suceder de una lírica día a día, palabra a palabra. Este libro, Actualidad de Contemporáneos, quiere ser testimonio de esa condición renovada del hoy. La obra de José Gorostiza, Gilberto Owen o Carlos Pellicer están presentes en Octavio Paz y Tomás Segovia, pero a su vez ellos, por el milagro de ese tiempo que escapa las tenazas de su sucesión, están presentes en sus antecesores. La manera de confirmar su condición de clásicos es, justamente, su profunda actualidad.