María Zambrano, una de las figuras más notables de la filosofía en español del siglo XX, luminoso puente tendido entre la reflexión y el arte, entre el pensamiento y la creación. Al pensar la poesía piensa al mundo. Y al escribir sobre María Zambrano. Adolfo Castañón paga parte la deuda que todos los creadores contemporáneos tienen con la autora de el hombre y lo sagrado fulgor de María Zambrano llama a su ensayo y desde el título señala las vertientes principales de su discurso: la luz y su calidez. Somos lo que leemos – lo sabe muy bien Castañón (de quien ediciones sin nombre ha publicado anteriormente por el país de Montaigne y lectura y catarsis, retrato de George Steiner) y esa formación, que es a la vez vocación necesaria y azar biográfico. Se refleja en este diario de lectura que lleva a la persona de María Zambrano. El fulgor nos ilumina y reconforta, es nuestra guía en el bosque a la vez que su claridad. Crónica personal de la relación con una escritura que termina ¿o comienza de nuevo? En el conocimiento de la persona. La filosofía tiene en la literatura no solo una alma gemela y un acompañante en la búsqueda de la lucidez, también un apasionado interlocutor sobre páginas. Fulgor de María Zambrano: es una invitación a la lectura de una invitación a la lectura de una escritora fascinante.