En Post scriptum triste, Federico Campbell (Tijuana, 1941) adopta la forma del diario literario y presenta diversas meditaciones que a lo largo de unos quince años (de 1977 a 1992), entretenido en el periodismo, fue reteniendo en sus archivos.
Los textos, divididos por asteriscos y sin fechas , fluctúan entre uno de dos o cinco líneas y otros de siete o nueve cuartillas, y en su conjunto quieren seguir como modelo el Journal, de Jules Renard, el Diario en público, de Elio Vittorini, o el Diario romano que en 1947 Vitaliano Brancati empezó a publicar en las páginas de Tempo ilustrato, pero terminan por parecerse más —toda proporción guardada— a Negro sobre negro, de Leonardo Sciascia, por organirse a la manera de un diario literario, sin serlo en sentido estricto.