¿Fin de la historia? ¿Fin de las ideologías? ¿Fin de las utopías? Si acaso cabe hablar de algún fin es el de la evolución lineal, legado sutil del credo judeocristiano que indujo a todas las civilizaciones a seguir un modelo único que iba de la expulsión del paraíso a la redención final. El costo de esta locura ha sido la imposición calculada de Tanatos sobre Eros.
Mito, historia y visión se reúnen en Presentáneos, pretéritos y pósteros, una obra decididamente impar en un tiempo de igualdades. Filósofo de los límites y autocrítico sin mala conciencia, Leonardo da Jandra lleva, como nadie de su generación en hispanoamérica, la pregunta heideggeriana por el ser a niveles de locura y rigor patentes en este ensayo. Y hemos de reconocer que, en un momento histórico de renuncia y facilidad, pocos son los que acometen la filosofía con la pasión y lucidez que le da a da Jandra la proximidad con los grandes fabuladores latinoamericanos y, por encima de todo, la suerte —¿o condena?— de vivir en la selva huatulqueña, ignorando los dulces subyugamientos del presente.
Leonardo da Jandra nació en Pichucalco, Chiapas, en 1951. Desde mediados de los setenta vive en una playa en las bahías de Huatulco. Ha publicado la trilogía narrativa Entrecruzamientos (JM, 1986-1990), y la novela Huatulqueños (JM, 1991).