Esquivel es una rata que busca por todos los medios escapar a lo que pareciera ser el destino inevitable de su especie: la ratería, y emprende una incansable búsqueda de sus hermanas, unas ratas blancas que desaparecen sin dejar el menor rastro. En su recorrido por las cloacas del submundo en el que habita, se encontrará con personajes como Rafia y Ratatatá, que terminarán por conducirlo a los delirantes dominios del Dr. Plasma, una ratota radioactiva especialista en crear cortocircuitos, o a intentar descifrar los enigmas del Gran Topo, un ser que se alimenta de lombrices ensalivadas, cuyos secretos le ofrecerán la esperanza para poder cumplir su misión. Mientras roe huesitos de aceituna en el bar Paraís, Esquivel se pregunta desolado si acaso está condenado a vivir para siempre en el paraíso de las ratas, «un basurero donde todas quieren sacar el mayor provecho de las demás».
El paraíso de las ratas es una divertida fábula ratil escrita por Luigi Amara, magistralmente ilustrada por Trino, donde a través de las desventuras de Esquivel, una rata que intenta por todos los medios conducirse de una manera distinta, la historia muestra el efecto corrosivo de la corrupción a todos los niveles. Y es que como bien deja claro este libro, lejos de ser un asunto que sólo se produzca en la cúpula de las sociedades, la corrupción es un modo de vida que destruye el tejido social y arruina la posibilidad de la vida en común.