La cartografía literaria se ha convertido en un valioso recurso para abordar temas como la identidad y la memoria desde los apropiaciones de los espacios en los textos. En el espacio representado en una obra literaria convergen la biografía y las obsesiones del escritor, los intereses y las tendencias estéticas, así como la tradición literaria, cultural y social. En esta intersección del escritor con su obra y en la interacción narrada y descrita entre los personajes y los lugares representados en la literatura se descubren tomas de posición identitarias tanto individuales como sociales.
Este libro estudia las colecciones de relatos integrados por el espacio como tomas de posición identitaria. Como se verá, a lo largo de la historia el espacio y el paisaje en la literatura hispanoamericana han tenido un papel protagónico puesto que ha cautivado la mirada, motivado la imaginación, definido modalidades literarias, así como alimentado y debatido los discursos sobre la identidad.
El análisis de los espacios que, en particular, simbolizan realidades periféricas del sur y norte del país, conduce a reconocer la heterogeneidad cultural y a desestimar el predominio de una identidad nacional. Estas muestras de las identidades del interior integran y desintegran tanto lo local y lo nacional, como lo transcontinental y transnacional, para conformar una cartografía de las identidades.