Como sucede en el universo de la tradición oral mesoamericana, lo sagrado es el nexo que adhiere al hombre con el todo y con sus partes, y es por tanto, en Relatos totonacos. Lakgmakgan talakapastakni xla litutunaku, la dimensión obligada de una lectura a la vez crítica y placentera. Fuera de esta actitud reverencial y de profunda consideración ante lo vital o cósmico, está la necesidad ("El hombre necio"), la muerte (El dueño del pueblo") y la incapacidad de acceder al conocimiento o de obtener la venia de los espíritus protectores de todo lo que existe en la naturaleza, para satisfacer los requerimientos elementales del hombre Kiwihgolo, ("El hombre que no creía..."). Relatos totonacos es, de este modo, una pequeña muestra del universo vivo que anima y recrea a los actuales habitantes de la parte norte de la sierra de Puebla, del norte de Veracruz y del extremo oriental de Hidalgo.