Entre la inicial palabra “Alguien” y la terminal “Zozobra”, Fernando de León propone cuarenta y tres definiciones arbitrarias y entrañables en una suerte de diccionario particular diseñado por el afecto y el interés. Precisamente porque el autor ha ordenado los temas alfabéticamente pareciera sugerirle al lector el provechoso desorden que podría tener su lectura; ignorar el sendero del alfabeto y tras descalificar cada idea y su secuencia poder aislarla y reflexionarla al antojo.
En Alguien / Zozobra la búsqueda de significado de cada palabra es detonada por el ensayo la mayoría de las veces, pero también sucede ante la ruptura que suponen la ficción, la balada, la cita libresca o la confesión autobiográfica: esta fórmula, a todas luces desafiante e inestable, ofrece en cambio al lector un mundo que perdura girando sobre la sólida intermitencia de las palabras.