Desde hace más de treinta años dedico parte de mi tiempo a leer y comentar las obras críticas que se escriben aquí y en el extranjero, sobre nuestros escritores más significativos y las obras maestras de nuestras letras.
En esta tarea, pocas veces he alcanzado una satisfacción más íntegra como la que obtuve al leer La querella de Martín Luis Guzmán, la tesis que presentó Fernando Curiel en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM para obtener la maestría en Letras Mexicanas.
Se trata de un estudio bien concebido, investigado y escrito sobre una de las facetas menos conocidas de Guzmán, la de ensayista político y literario. La querella... es el estudio más serio y el que mejor maneja la información (la que poseíamos y la que descubrió Curiel) acerca del autor y el tema. Y no sólo eso, se trata de una obra que rebasa su propósito fundamental. Una vez cumplido éste, Curiel traza una minuciosa biografía de Martín Luis Guzmán, estudia con agilidad y erudición su momento histórico (el del Ateneo de la Juventud) y como quien no quiere la cosa suelta juicios acertados acerca de su tarea narrativa.
Las conclusiones a que llega Fernando Curiel en este libro son correctas y algunas veces originales. Valdría la pena estudiar a don Martín a la luz de estos resultados.
Emmanuel Carballo
Desde hace más de treinta años dedico parte de mi tiempo a leer y comentar las obras críticas que se escriben, aquí y en el extranjero, sobre nuestros escritores más significativos y las obras maestras de nuestras letras.
En esta tarea, pocas veces he alcanzado una satisfacción más íntegra como la que obtuve al leer La querella de Martín Luis Guzmán, la tesis que presentó Fernando Curiel en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México para obtener la maestría en Letras Mexicanas.
Se trata de un estudio bien concebido, investigado y escrito sobre una de las facetas menos conocidas de Guzmán, la de ensayista político literario. La querella... es el estudio más serio y el que mejor maneja la información (la que poseíamos y la que descubrió Curiel) acerca del autor y el tema. Y no solo eso, se trata de una obra que rebasa su propósito fundamental. Una vez cumplido éste, Curiel traza una minuciosa biografía de Martín Luis Guzmán, estudia con agilidad y erudición su momento histórico (el del Ateneo de la Juventud) y como quien no quiere la cosa suelta juicios acertados acerca de su tarea narrativa.
Las conclusiones a que llega Fernando Curiel en este libro son correctas y algunas veces originales. Valdría la pena estudiar a don Martín a la luz de estos resultados.