Cuando nos aproximamos al espejo que nos ofrece El arte de la guerra y asumimos el reto fundamental de conversar de manera humilde e inteligente con el guerrero-filósofo, Sun Tzu no sólo nos refleja al responder nuestras preguntas y nos ofrece espacios nunca antes vistos, sino que también comenzará a cuestionarnos acerca de nuestra existencia y nuestra manera de mirar al mundo para convertirse en un maestro que hace una pregunta crucial: "¿estás preparado para abordar las cuestiones, las potencialidades del ser transformado y enriquecido que he planteado?".
Si nuestra respuesta es afirmativa, estaremos en condiciones de adentrarnos en las enseñanzas del guerrero-filósofo; pero si nuestra contestación es negativa, él también se negará a permitirnos el acceso a su sabiduría.
Quizá, por estas razones, las palabras del guerrero-filósofo nunca han perdido vigencia: a más de dos milenios de distancia, el espejo dialogante de Sun Tzu sigue siendo una lectura obligada para los estudiosos de las artes militares, el poder, el conflicto y, en tiempos recientes, de la empresa y la lucha para conquistar los mercados internacionales.