Cuando hay lesiones abiertas uno puede cubrirlas o examinarlas. Piceno se decide por lo segundo y lo hace con la ayuda de varios lenguajes, todos afilados como un bisturí nuevo. Se abren, entonces, y se exponen, las lesiones del futbol, de la religión, de la culpa, las lesiones eróticas del porno, las lesiones del amor, las hipócritas lesiones de la cultura... Y hay más, porque todas estas lesiones terminan siendo metáforas que se trasladan de un lugar a otro sin descaro. Aquí no hay adornos ni desvíos. Todo, desde el corto circuito entre el gordo Ronaldo y Kafka, hasta la auto-ironía ("Querido Pablo, no me digas que estás en crisis"), va directo a la nuca como un disparo de gracia. Aquí se abre un camino hacia un anti-lirismo que resulta indispensable en estos tiempos.
Mario Montalbetti
Vigil, José María Altamirano, Ignacio Manuel Caballero, Manuel Liceo Hidalgo, El Sociedad Nezahualcóyotl, La La Academia Mexicana de la Lengua, correspondiente de la Española Veladas literarias, Las