Como una melodía improvisada por un saxo, este volumen evidencia una pasión dual; hacia un territorio y una ciudad en el norte del país; y hacia una mujer que viene a ser la representación y el compendio de todas ellas. Anotar la palabra pasión, sin embargo no debe hacernos pensar en una escritura recorrida por el patetismo. Por el contrario, en este libro abundan en motivos y detalles que prueban su humor. De este modo, la calidad metafórica del saxofón –porque “la música del saxofón es el secreto de la felicidad”-, en la primera parte, nos propone un erotismo delicado, con una imaginación original y exuberante: trenes de seda, mesas de algodón para jugar billar, bosques de guitarrones. Y en sus demás partes este libro despliega descripciones del norte, con mapaches y bisontes –pedazos de norte en libertad- y carreteras, con una ciudad animada por la ternura y el escepticismo que asoman en los ojos del poeta. Hay también recreaciones de letras en la música popular mexicana, así como un sutil pícaro despliegue de razones apalabra una prenda femenina, entre muchos más. De esta manera, en poemas completos de libros incluidos somos llevados a reconocer una variedad de matices sonoros y en cantadores en una de las voces más originales y versátiles de la mejor y más reciente poesía mexicana.