Al recorrer esta página nos damos cuenta de que la palabra luz, anotada con reiteración en sus poemas, emerge como destellos que hace de algunos textos verdaderos cuerpos lumínicos. De este modo, recurriendo en oscilaciones a la delicada consistencia de los juegos metamórficos propios de las literaturas orientales, nos aguardan aquí esas fracturas que en la vida diaria impone la poesía: resquicio a través del cual se favorece el pasado de una luz tan poderosa y fugaz que sólo nos hace intuir o sospechar avistamiento. También, las alusiones toponímicas y los datos históricos que se producen en otra de las líneas temáticas de este volumen, evidencian y una escritura calculada y rigurosa que libra con éxito su pasaje de lirismo a la reflexión. Los juicios y enunciados que así se constituyen, sin embargo, circulan igualmente sobre filamentos destellantes. Esa calidad explica que uno de los textos del libro, al proponernos que “cada rayo de sol/ penetra con su luz /un universo invisible/al que agita”. Nos lleva a completar uno de los términos de la gran analogía aquí cifrada, a saber: la cotidiana y permanente agitación que viene a ser luz en lo que existe.