Andago. La línea K, es un libro curioso, dotado de una gran capacidad de juego y fiestas al mismo tiempo que toca registros personales no pocas veces dramáticos, y todo ello lo hace desde una celebración de la escritura, no de la propia sino de esa escritura que se escribe entre todos, y desde ahí e vuelve parodia y homenaje. Quien haya leído la obra anterior de Jáiber Ladino Guapachá. Las aventuras de la Barrabquero, publicada en ediciones sin nombre, estará familiarizado con el estilo y ritmo propio de este autor, quien no la conozca encontrara ecos de Guillermo Cabrera infante y Seveto Sanduy, pero en clave colombiana,en una hilarante cascada de anécdotas –aventuras en el sentido más literal del termino- que le harán no soltar la novela y entusiasmarse con la ropa interior marca K. no Kalvin Klein sino más bien Kavafis (o Cavafis si lo españolizamos) y por referencia regional al escritor Eduardo López Jaramillo, su gran difusor y traductor.