Alias Lucias cuenta de una militancia y de una iniciación. Entre los principales aciertos aciertos de la prosa de Eva Leticia de Sánchez brilla el tono de la narración; conmueve porque discurre en el filo de la novela y la autobiografía, quizá la forma más depurada de la ficción. Lucia es militante del desamparo y la ingenuidad, su desesperación la conecta con una “organza” clandestina de resentidos. La narración mexicana que ha tratado el tema de las militancias políticas pocas veces ha sido rescatar la subjetividad profunda de sus protagonistas. Los verdaderos enemigos del pueblo habitan las barriadas de la mezquindad y la violencia d cada individuo. Muchos revolucionarios encuentran en la revolución la oportunidad de vengarse de su propia insignificancia. La ríspida praxis de esta organización subversiva va iniciar a Lucia en el desencanto, en la conciencia de que ninguna ideología puede mejorar al hombre. El final de la novela es también un ajuste de cuentas las buenas intenciones, que desde siempre alfombra el cambio al infierno.