Tras muchos años de
ausencia un escritor mexicano que vive en París vuelve a la ciudad de México
para recibir un premio literario. Curiosamente había escrito que “el mundo le
indicaba de mil modos que la vida no era gratuita y que había que pagar por ella”.
Al terminar la ceremonia, llena de todo tipo de incidentes y de camino a alguna
otra parte, el escritor es secuestrado. Ignora todo acerca de sus
secuestradores. Recuerda cómo terminó la vida de muchos otros escritores que
admira, quizá como terminará la suya. Maniatado, encapuchado, derribado sobre
sus flujos corporales, se pregunta si él mismo no habrá invocado esas fuerzas
oscuras, ese desorden, esa violencia. ¿Y quién podría librarlo de este destino?
Desde su primera novela, Gustavo Sainz ha destacado por su rechazo a los
esquemas simétricos, rígidos y anquilosados de la narrativa tradicional, y ha
intentado comunicar la naturaleza multiforme, escurridiza, ondulante y
contradictoria de la realidad. A troche y moche recibió el Premio Colima a la
mejor novela mexicana publicada en 2002, y poco después el Premio
México-Quebec, que implicó la traducción de este libro al francés para ser
publicado en Canadá bajo el título Sentences por la editorial XYZ.