"Cómo construir un mundo que no se desmorone tres días después". Así tituló Philip K. Dick alguna vez una conferencia. Ese fue su oficio: arquitecto de universos paralelos, de mundos alternos construidos desde un territorio frágil, la ciencia ficción, cuya etiqueta le cerraría las puertas de otros géneros. Quizá porque en su visión adelantada, en su sensible forma de experimentar su entorno, pudo ver con claridad las tendencias de naufragio de esta sociedad.
En El hombre en las dos puertas, y a veinte años de la muerte de Philip K. Dick, quince escritores mexicanos le brindan un agradecimiento, una retribución, como a él le hubiera gustado: construyendo también otros mundos que no se desintegren a la vuelta de unos cuantos meses o años.
Los relatos que conforman este libro abordan las más disímiles temáticas, los más comunes hechos, siempre logrando dimensionarlos más allá de lo apenas intuido por nuestra limitada visión de la realidad.