Espantapájaros es una novela de frontera. No sólo en un sentido geopolítico, en el desierto donde las culturas de México y los Estados Unidos se entremezclan, sino también porque explora el resquicio que la realidad cede a la imaginación, el rumor al secreto de Estado, la ciencia ficción. En un hipogeo, en un laboratorio de una base militar secreta de la superpotencia, han sido creados unos extraños seres, mezcla de murciélagos, vampiros, hombres-pájaro, armas letales hiperinteligentes con un plan que responde a sus propios intereses, por lo que están fuera de control. Con esta novela, enorme metáfora de la devastadora función de las armas químicas y biológicas, de la ciencia y la tecnología al servicio de la muerte, Trujillo Muñoz nos advierte que las armas nucleares eran sólo el principio de la pesadilla.