«Hay árboles en los que se apoya un bosque». Dentro de la magnífica obra de Fabio Morábito, que incluye poemas, relatos y una novela escritos en el rigor del silencio, este libro representa uno de esos árboles que sintetizan el bosque en el que se encuentran sumergidos. Si el aprendizaje del idioma materno supone para el hablante la renuncia a ese momento inicial en el que todas las lenguas se abren como una promesa, este libro «nos proporciona a base del lenguaje la salida del lenguaje, el atisbo de la realidad del mundo».
Con el sigilo de un ladrón que entra a una casa por la noche mientras todos duermen, el escritor traiciona a sus semejantes pero es también un centinela que vela su sueño. Desde el primero de los ochenta y cuatro breves textos que conforman este libro, los temas de la traición y de la vocación son los ejes a través de los cual es el autor busca el episodio decisivo que determinó su destino de escritor. Sin ser ni remotamente una autobiografía, impresiona la voluntad de desnudamiento que recorre cada uno de estos textos, empezando por la aceptación de que escribir es una forma de darle la espalda al prójimo.
Con ironía y a menudo con humor, Fabio Morábito emprende en El idioma materno un viaje en busca de sus raíces, entregándonos un libro que es también la celebración de nuestra capacidad de escapar de la tiranía del concepto y llegar al límite del lugar en el que el mundo se revela libre de cualquier mirada.