Juan Antonio Rosado | Angélica Tornero.
2004 / 14 nov 2018 13:28
En 1960, el periodista de izquierda Manuel Marcué Pardiñas funda la revista Política. Entre sus colaboradores figuraban escritores como Carlos Fuentes, Ermilo Abreu Gómez, Guadalupe Amor, Fernando Benítez, Narciso Bassols, Renato Leduc, Germán List Arzubide, Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero y Francisco López Cámara. En su número correspondiente al 15 de julio de 1964 ya no aparecen algunos de estos nombres y se lee en la contraportada: “Política recibió [...] la carta de los intelectuales Carlos Fuentes, Fernando Benítez, Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero y Francisco López Cámara, en la que piden al director de la revista que elimine sus nombres de la lista de colaboradores. La carta fue publicada en la revista Siempre! y en el diario El Día, y reproducida en la revista Política con el título “Cinco intelectuales explican por qué han dejado de escribir en Política".
Entre los motivos de la renuncia destaca el hecho de que, según los firmantes, la revista había asumido “posiciones unilaterales e intransigentes frente al desarrollo de la política nacional e internacional”. Según ellos, la dirección de la revista los trató de alinear dentro de esas posiciones. Se aclara también que la revista se rehusó a discutir otras posiciones que, dentro de la izquierda, era importante analizar. Acusan a la publicación de hacer crítica moralizante y de no estar representada por una organización: “sólo funciona como un tribunal de Inquisición para –aunque no de– la izquierda". Los autores dicen que ellos sólo se representan a ellos mismos, que el socialismo es inseparable del pensamiento dialéctico y que para atacar el terrorismo anti-comunista de la derecha no debe haber una respuesta equivalente de un terrorismo sectario de izquierda.
Esta carta originó una política que derivó en la división entre los renunciantes y otros intelectuales. La “Respuesta de Política” llevó por título “El cuarto mundo de los cinco: oportunismo y enajenación”, con un subtítulo que rezaba: “¿Por qué tanto escándalo para renunciar a tres meses del cambio de presidente?” Allí se aclara que los cinco renunciantes “no colaboraban desde hace meses, a pesar de que el director de Política les instó a escribir y aun les dijo que, en todo caso, deberían hacerlo en las páginas de Siempre! o de El Día, porque lo importante era el debate de las ideas”. Marcué Pardiñas argumenta que los renunciantes acusan a la revista sin pruebas e insiste en que una publicación de izquierda no puede supeditarse “al capricho y al tornadizo humor intelectual de cinco literatos”. Se acusa a los cinco escritores de oportunistas de derecha, de que su carta está revestida de “radicalismo verbal”.
En el mismo número, se reproducen las respuestas y comentarios de Víctor Rico Galán, de Ermilo Abreu Gómez, y un texto anónimo: “En defensa de Política", aparecido como “Editorial" en La voz de México, órgano del Partido Comunista Mexicano. Los tres textos atacan la posición de los renunciantes. Por ejemplo, Abreu Gómez afirma que “dichos escritores han cometido un grave error político” y que no han sido consecuentes ni siquiera con ellos mismos, si se recuerda la línea progresista de que dieron pruebas evidentes en pasadas y diversas ocasiones”. Advierte que el error consiste en que, de modo precipitado, consideraron el sectarismo de la revista como una norma invariable, y que si es cierto que la publicación en muchas ocasiones se mostró intransigente, sectaria y agresiva, es también cierto que el director “ha confesado la realidad de ese esporádico sectarismo y que los colaboradores hemos señalado nuestro desacuerdo con tal conducta”. La corrección de ese error –dice– no puede hacerse abandonando la revista. El 2 de septiembre apareció, en Siempre!, la respuesta de Marcué Pardiñas a los renunciantes.
Al siguiente número (9 de septiembre) Siempre! publica el artículo: “Díaz Ordaz ante el dilema de México”, rodeado por subtítulos como “Nuestra posición”, “¿Qué hará la izquierda en el futuro?” y “Sólo hay dos caminos: solución revolucionaria o el atraso de la nación”. El artículo, firmado por Benítez, Flores Olea, Fuentes, González Pedrero y López Cámara, resulta ser la defensa de su postura ante los ataques de la revista Política. Los autores tocan temas como el Estado mexicano, la legitimidad, el dilema de Díaz Ordaz y la vía mexicana al socialismo. El artículo concluye aclarando que “Reafirmamos nuestro propósito de hablar con las armas de la razón y la libertad en compañía de todos los hombres de izquierda para los cuales el pensamiento dialéctico, abierto, complejo y realista es el método capaz de llevar al nivel de la inteligencia, las contradicciones de una realidad que rehuye los esquemas fáciles [...]”. No hubo respuesta directa por parte de Política, con lo que se dio fin a la polémica intelectual más importante en el México de los años sesenta, y con la cual se aclaran algunos elementos de la trayectoria política de autores como Carlos Fuentes y Fernando Benítez.