2000 / 21 mar 2019 22:01
Como resultado de la caída del imperio se exacerbó el nacionalismo que fue la tónica de las letras de ese tiempo. Desde pronto dio lugar a un destacado grupo literario integrado por un conjunto de escritores de todas las tendencias políticas y literarias, comandados por la gran figura literaria que fue el maestro Ignacio Manuel Altamirano. Este movimiento nacionalista también tuvo como meta la reconciliación de los mexicanos. Los resultados no se dejaron esperar: el buen éxito de esta tesis se vio reflejada en la publicación de la revista El Renacimiento, que fue un semanario literario durante el año de 1869. Con la ayuda económica de Gonzalo A. Esteva, funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y la aportación literaria de más de sesenta escritores del país, la fundó Ignacio Manuel Altamirano. Fueron directores de esta revista crucial en las letras mexicanas el propio Altamirano y Esteva durante medio año, el resto prosiguió Altamirano con la administración de los impresores Francisco Díaz de León y Santiago White.
El estudio analítico crítico de este Grupo Altamirano lo realizó el investigador Huberto Batis, del Centro de Estudios Literarios de la Universidad Nacional Autónoma de México. Este análisis se encuentra publicado en el volumen de índices dedicados a esta revista en 1963 por la propia unam. En este estudio se nos informa que los artículos de ideas conservan la variedad enciclopédica común a las revistas literarias que le precedieron pero agregan, en este caso, profundidad y exactitud a las materias tratadas. La parte crítica, no cultivada con eficacia en el siglo, la desempeña Altamirano en su “Crónica de la semana”, en la que establece su tesis literaria y su posición nacionalista; por otro lado, los ensayos críticos de Francisco Pimentel y de José María Roa Bárcena, de carácter conservador, las revistas teatrales de Manuel Peredo, los textos históricos de Manuel Orozco y Berra, de Alfredo Chavero en arqueología y Eduardo Ruiz en el campo geográfico complementan el cuadro cultural.
La narrativa aún sigue el corte romántico alentado por Altamirano con José T. Cuéllar, Gonzalo y Roberto Esteva, Santiago Sierra, Justo Sierra, Ramón Aldana y el propio Altamirano.
La poesía romántica provinciana de José Rosas Moreno, Gertrudis Tenorio Zavala, Rita Cetina y Gutiérrez y otros venidos a la capital, como Manuel Acuña, Manuel M. Flores, Isabel Prieto, Justo Sierra y Gonzalo A. Esteva, así como la participación de textos literarios extranjeros procedentes de lenguas como el alemán, inglés y francés, confirman la apertura de esta revista a todas las tendencias.
Fue corta la vida de esta importante revista, pero al cerrarse los miembros integrantes del Grupo Altamirano prohijaron otras muchas.[1]