1995 / 07 ago 2017 11:48
Nació en Alcazar de San Juan, Ciudad Real, España en 1833 y murió en Hamburgo, Alemania, en 1876. Poeta y dramaturga. Llegó a Guadalajara de niña y se casó con Pedro Landázuri, que fuera cónsul de México en Hamburgo. Políglota y dueña de una vasta cultura.
Notas: Se le considera la primera romántica mexicana. Su producción se caracteriza por haber expresado el amor maternal mediante un lenguaje sutil.
1958 / 17 sep 2017 15:21
Es la dama poetisa, fruto exquisito de la provincia que permite apreciar el nivel de la cultura en sociedades como la de Guadalajara. Es nuestra primera romántica, noble y sensible, consagrada a las emociones familiares. Tradujo a Hugo, Lamartine, Chénier. Trasladada durante sus últimos días a Alemania, escribió allá la leyenda Bertha de Sonnenberg, que ha sido muy elogiada por la crítica de su tiempo.
Isabel Ángela Prieto González Bango, conocida en el mundo literario como Isabel Prieto de Landázuri, nació el 1º de marzo de 1833 en Alcázar de San Juan, España, y murió el 28 de septiembre de 1876 en Hamburgo, Alemania. Fue hija Sotero Prieto, de origen panameño, y de Isabel González Bango, de origen madrileño. Después de vivir en diferentes lugares, sus padres llegaron a México; se instalaron en Jalisco, donde Prieto de Landázuri recibió instrucción en el hogar. A los dieciséis años dominaba idiomas como el inglés, francés, italiano y alemán, lo que le permitió leer ejemplares de la literatura universal en sus idiomas originales y dedicaba su estudio a varios géneros literarios, principalmente el lírico y el dramático. En enero de 1864, con la llegada de las tropas francesas a la ciudad de Guadalajara y la imposición del Imperio de Maximiliano de Habsburgo, su familia y ella se refugiaron en San Francisco, California, por lo que el ánimo de la autora decayó, ya que México era su patria. En 1865, regresó a Jalisco y contrajo matrimonio con su primo Pedro Landázuri. En 1869, su esposo fue electo diputado, por lo que se mudaron a la Ciudad de México. En 1874, Pedro Landázuri fue electo cónsul de México en Hamburgo y ambos se trasladaron a la ciudad alemana. Ahí, la escritora seguía su producción poética y dramática. En 1876, enfermó de cáncer y falleció.
En cuanto a los reconocimientos que la clasifican como una de las poetas más prolíficas del siglo xix se encuentran distinciones, galardones y homenajes. En 1869, viviendo en la Ciudad de México se registró como la primera escritora en recibir una corona de reconocimiento por parte del Liceo Hidalgo. El 24 de febrero de 1872, se llevó a cabo una tertulia muy concurrida en el salón de la Sociedad Filarmónica donde se leyeron poemas de Prieto de Landázuri por parte de la actriz mexicana María Servín. Durante su estadía en Hamburgo, Isabel Prieto seguía produciendo obras poéticas y dramáticas, por lo que recibió la distinción “Socia de mérito” por parte de la asociación tapatía La Alianza Literaria, en la cual participó desde 1867. Entre 1870 y 1873, Prieto de Landázuri fue miembro honorario de la sociedad de escritores dramáticos Manuel Eduardo de Gorostiza, así como de la Bohemia Literaria y la Sociedad Netzahualcóyotl. Su participación en la prensa mexicana fue prolífera. Entre 1851 y 1874 publicó poemas en diarios y revistas como: La Aurora poética de Jalisco, La Alianza Literaria, El Renacimiento, El Anáhuac, El Federalista y La Ilustración Mexicana.
En cuanto a su obra poética se destaca que, en 1851, la Aurora poética de Jalisco “Colección de poesías líricas de jóvenes jaliscienses, dedicada al bello sexo de Guadalajara”, aparecen sus primeros poemas: “A mi querida prima C…”, “Mi ilusión perdida”, “A un lucero”, “A una mujer”, “A un convento” y “Para el sepulcro de mis sobrinos E y A”, con una nota del editor, quien se disculpó por haber incluido esas composiciones sin la certificación de la autora, a quien dio a conocer en Jalisco como la más joven poeta de la época. En cuanto a su obra dramática se sabe que, en 1862, Los dos son peores se presentó en el Teatro Principal de Guadalajara. De 1870 a 1873, se representaron las obras Oro y oropel, La escuela de las cuñadas, ¿Duende o serafín?, todas ellas en la capital jalisciense, y Un lirio entre zarzas en el Teatro Principal de la Ciudad de México.
Juan Eugenio Hartzenbusch se dedicó a estudiar el teatro de Isabel Prieto de Landázuri y resaltó su habilidad dramática. José María Vigil, uno de los más reconocidos críticos e impulsores de la obra de Isabel Prieto, en el libro Obras poéticas de la señora doña Isabel Prieto de Landázuri (1883), escribió un estudio preliminar que pronunció como discurso al ingresar a la Academia Mexicana de la Lengua; allí la equiparó con sor Juana Inés de la Cruz. El estudio crítico de la periodista mexicana Laureana Wright de Kleinhans: “Isabel Prieto de Landázuri”, en Mujeres notables mexicanas (1910), recapitula la sección dedicada a la biografía de mujeres intelectuales del xix de la revista Violetas del Anáhuac, dirigida por la misma Wrigth. En este estudio aparece la vida y la obra de la poetisa tomando en cuenta sus publicaciones en dicha revista. El estudio biográfico que realiza María Esther Gómez Loza titulado Isabel Prieto de Landázuri (1999), se basa en los datos biográficos que ofrece Vigil en el discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua. Alicia Verónica Ramírez Olivares publicó el artículo “Isabel Prieto de Landázuri: Escritura y lectura dramática a través de Las dos flores” (2005) y la tesis doctoral Sor Juana Inés de la Cruz e Isabel Prieto de Landázuri: la escritura femenina como puesta en escena (2006), trabajos que muestran el talento de la escritora y su destreza dramática. En estos estudios se le aprecia como una escritora que rompe brechas a partir de su ejercicio escritural en el que se reconoce como mujer preocupada por la poca participación del género en el ámbito político y social: crítica velada en sus obras dramáticas. Úrsula García De Gante presentó la tesis de licenciatura: Isabel Prieto de Landázuri: la poesía femenina con mirada crítica tras “el ángel del hogar” del siglo xix (2006) que clasifica toda la obra poética recopilada por José María Vigil. Lilia Granillo Vázquez ha estudiado su vida y obra en los artículos: “El afán de resucitar a una mujer: Isabel Prieto y Alfonso Reyes” (2004) e “Isabel, Rosario y Maruxa: El drama de la matria, mexicana en femenino” (2016), en el cual se observa la mirada femenina de los conflictos bélicos de la época decimonónica desde la perspectiva de la dramaturgia de escritoras mexicanas y españolas de diferentes épocas, y su afán por respirar ambientes de paz. El artículo “Frente al espejo de un canon: poetisas mexicanas en antologías del xix” (2015), de Leticia Romero Chumacero, reflexiona sobre la fecunda participación de escritoras mexicanas en diferentes antologías del siglo xix que reconocían la escritura femenina de aquella época como los cimientos de una participación importante en las letras nacionales e internacionales, así como la recepción crítica de quiénes las leían.
- I.A.P.