Jorge Luis Borges forjó el término poema conjetural para el cual imagina lo que pudo haber sido, de acuerdo con los datos proporcionados por la Historia. El fantasma del Hotel Alsace conjetura sobre los últimos días de Oscar Wilde, entre el 17 de octubre y el 30 de noviembre de 1900. La primera de esas fechas, llegó al año 46 de su edad. La segunda, comenzó a ser inmortal. Dentro de los límites de su habitación de hotel donde se confunden las fronteras entre el día, la noche, la realidad, la fantasía, Wilde lucha por sobrevivir en un mundo donde conoció la inocencia y la sordidez, la ternura y la ingratitud, el infierno y el paraíso. Ante la proximidad de la muerte, ve desfilar ante él los fantasmas conjurados por su deseo: el amor, el ajenjo, la imaginería gótica lo envuelven en el vértigo que perdió a los niños terribles de fin de siglo.