Porque siempre se cuenta lo mismo, aseveró un sabio, lo que importa es cómo se cuenta (y quien lo cuenta). La violencia brutal es el leitmotiv de la narrativa actual, de eso no hay duda, pero lo que hace diferente una de otra son los matices y la forma, como se puede ver en este volumen de relatos que no dan tregua al lector.
Un periodista, que llevaba mucho años fuera de la Ciudad de México, regresa para encontrarse con una realidad distinta. Calles llenas de baches, reparaciones inconclusas, puestos de garnachas y chemos que, junto con un pútrido olor, combinación entre comida y mierda, mantienen en naúsea permanente al personaje. Todo ha cambiado, pero la sonrisa de Tea no, su misterio, sus curvas, su picardía. Pareciera que ella sigue siendo la misma, una imagen congelada en el tiempo. Sin embargo, el discurso de Tea es diferente. Juntando el pasado con el presente, y con un final trágico, el periodista logra revelar ese misterio que la envolvía. Así nos lleva el relato del cuento que le da título al libro.
En un caballo blanco se reúnen siete historias de Orlando Ortiz. En ellas encontramos la violencia que se apodera de pueblos y colonias, las muertes trágicas a la vista de todos. Siete cuentos que narran la cruda y sangrienta realidad que vivimos los habitantes de este gran país que es México.