Los años posteriores a la independencia novohispana están caracterizados por la inestabilidad, los pronunciamientos militares y la desarticulación política. Así se deja ver en la Historia de México, obra fundamental de Lucas Alamán, que junto con sus Disertaciones fue escrita con el propósito de formar y exaltar la idea de nación en el siglo pasado.
Ambas obras son tomadas en este libro como objeto de análisis. De sus páginas Lourdes Quintanilla va extrayendo y conformando un corpus teórico relativo al nacionalismo, en el que sobresalen diversos aspectos de nuestro pasado, que fue liberal y conservador a un tiempo. Según lo afirma la historiadora, Lucas Alamán defendía la conservación y la preservación de un Yo supremo y colectivo cuya esencialidad debería colocarse por encima de cualquier interés particular. Obviamente, esta afirmación no es sino una de las principales conclusiones derivadas de la crítica efectuada a la idea de nación alamanista, cuya suma podrá, quizá, ser útil para explicar por qué no ha sido atendido en nuestros días el producto analítico y reflexivo de Alamán. A la vez, este libro indica que la complejidad de la historia decimonónica –cuya repercusión es evidente en nuestro tiempo– no puede reducirse a la simple dicotomía liberales-conservadores.