Blaise Pascal (1623-1662) fue un genio polifacético desde la infancia: A los 11 años escribió un Tratado de los sonidos y a los 17 su Ensayo de las secciones cónicas, de gran importancia en matemáticas. A los 30 revolucionó una parte de la física con el Tratado sobre el equilibrio de los líquidos.
Ateo desde su juventud, se convierte al cristianismo aliándose al bando de los jansenistas. Desde esta tribuna religiosa luchó contra los jesuitas. De esa polémica dan cuenta sus Cartas provinciales. Estas son condenadas por el papa y puestas en el Index. Más tarde proyectó escribir una Apología de la religión cristiana, cuyos fragmentos se conocen como Pensamientos, su libro más trascendente.
El Discurso acerca de las pasiones del amor ha sido atribuido a Pascal por diversos autores. Pero hasta ahora nadie está seguro de su autenticidad y autoría. Hay quienes están de acuerdo en que el estilo del texto recuerda al pascaliano, pero otros sostienen lo contrario. Quizá la discusión termine cuando haya pruebas documentales a favor de alguna de las posiciones.
La Universidad Autónoma Metropolitana encargó a Raúl Falcó esta nueva traducción del original francés del Discurso acerca de las pasiones del amor, un ensayo trascendente por sí mismo, que refleja el espíritu de la época en que fue escrito, independientemente de si su autor fue Blaise Pascal. El filósofo que afirmaba que el hombre no era ni ángel ni bestia sino una caña pensante, discurre aquí sobre un tema caro a sus contemporáneos. Y ambos discursos se corresponden y responden, pese a la polémica acerca de la autoría del texto que aquí presentamos a los lectores.