Boutique Diviana no es solamente una novela más. En cada capítulo el lector puede interpretar un final de manera independiente. Desde el punto de vista semántico, se inscribe dentro de una estética literaria diferente al canon tradicional de la novela psicológica, por lo que la hace atractiva a partir de la polifonía y la polisemia. Sincronizada a través de un drama tipo cinematográfico, oscila entre la ficción y la no ficción. En ésta se plasman pasajes espacio-temporales con un estilo posmoderno, con la novedad de estar escrita como si el pasado fuese el presente. Es una obra que podría denominarse fatal-pop. Boutique Diviana no pretende captar el ojo crítico de especialistas ortodoxos en letras hispanoamericanas, sino más bien de aquellos que siendo autodidactas y público en general, buscan dentro del discurso literario actual una visión que enriquezca su propia intertextualidad (cine, música, narrativa). El argumento principal de esta novela radica en proponerse como una poética acerca de la personalidad múltiple, no bajo el lugar común del suicidio existencial. Aquí los personajes no recaen en la locura vulgar y colectiva, sino sobre la que se instaura en la destrucción individual con el único objetivo de saciar su propia expresión artística, creatividad desenfadada y, por supuesto, imaginación sin cortapisas. Es la novela acerca de una mujer perturbada pero también puede ser el relato de ti, de mí, de usted lector acostumbrado a encontrar personajes multifacéticos; sin embargo, en Boutique Diviana la vida fragmentada se explora no por el tiempo sino por el lenguaje mismo.